Un joven intentó pagar $10.900 en una fiambrería con un comprobante falso, una modalidad de estafa que ya está en franco declive debido a las medidas de seguridad de la app y la experiencia de los comerciantes. ¿La moda delictiva también tarda en llegar al interior?
El Parte Policial: Un Ladrón “Fuera de Época”
En horas de la noche del miércoles, personal de Comisaría Tercera se constituyó en una fiambrería ubicada en Bv. Montana y San José tras un llamado de alerta. Al arribar, los funcionarios constataron que un joven de 19 años había intentado concretar una compra por $10.900 utilizando una transacción falsa de Mercado Pago.
La rápida intervención del personal del comercio permitió la aprehensión del individuo y el secuestro del teléfono celular Motorola, elemento utilizado para la maniobra. Tomó intervención la Fiscalía en turno de Delitos contra la Propiedad.
Moda Delictiva: Un Atraso de Casi un Año
Si bien el hecho policial es concreto, lo llamativo del caso es la modalidad de la estafa: la presentación de un comprobante de transferencia falso de la billetera virtual. Esta maniobra, que generó una verdadera ola de fraudes en todo el país a fines de 2023 y principios de 2024, es considerada por los especialistas y comerciantes como un "delito fuera de época" o "vintage".
En aquel momento, las estafas con la "APK trucha" (una aplicación falsa que simulaba la interfaz de Mercado Pago) se multiplicaron. Los delincuentes aprovechaban la vorágine del día a día para mostrar una captura de pantalla y retirar la mercadería sin que el dinero se acreditara.
Comercios y Plataforma: Las Barreras que Frenaron el Engaño
Hoy, esta práctica es mucho más difícil de concretar, y el intento fallido en la fiambrería local es la prueba. Tanto la plataforma como los propios comerciantes adoptaron medidas de seguridad que hacen esta estafa casi inviable:
La tardía llegada de las "modas" delictivas a las ciudades del interior, un fenómeno que antes se atribuía a la falta de conectividad o de redes sociales, hoy se observa en el retraso para actualizar las modalidades de fraude. Mientras en los grandes centros urbanos los estafadores migran a métodos más sofisticados (como el phishing), el delincuente local parece seguir operando con el "manual viejo", encontrándose con comerciantes mucho más precavidos.
