Aunque sigue el descontento, pierde fuerza la idea de un paro agropecuario

La propuesta de llevar adelante un paro agropecuario pierde fuerza tras la apertura de negociaciones sectoriales que en las próximas semanas encarará el Ministerio de Agricultura con los ruralistas y luego de la reunión que mantuvo la Mesa de Enlace con el presidente, Alberto Fernández.

El primer test del ministro Luis Basterra será con los productores del NEA y del NOA con los que se reunió el lunes pasado, tras el encuentro de la Casa Rosada.

En esa reunión, los productores del NOA y del NEA le dijeron a Basterra que la situación "es de quebranto" tras la suba de retenciones ya dispuesta y si se aplicara el tres por ciento adicional autorizado por el Congreso, según advirtió un comunicado de la Asociación de Productores del Norte (Apronor).

"El 60% de la producción se realiza en campo arrendado y en soja, maíz y trigo, con el actual valor de retenciones, no hay rentabilidad.", destacaron. Y añadieron que "el margen bruto en soja será negativo en 105 dólares por hectárea para esta campaña considerando un promedio de 2450 kg por hectárea".

La entidad expresó su rechazo a las compensaciones porque no está de acuerdo con "quitar para después devolver".

Del lado oficial, les respondieron que analizan una serie de cambios en derechos de exportación de los productos de de la zona, como las legumbres o el limón. El criterio de Agricultura es que aquellas que tengan un mayor grado de elaboración o desarrollo paguen menos derechos de exportación.

Respecto de la segmentación por superficie o un arancel diferencial por distancia, que para el NOA es crucial, Agricultura no dio precisiones ya que deberá negociar con el Ministerio de Economía. Basterra les prometió a los ruralistas volver a reunirse el 7 de enero próximo.

Pero el test que servirá para conocer el margen de maniobra que tiene Agricultura para encontrar soluciones particulares es el girasol. En las próximas semanas comienza la cosecha en el NEA, la región donde se siembra el 30% del cultivo a nivel nacional. La crisis de la aceitera Vicentín, que hace unas semanas se declaró en cesación de pagos, deja afuera del mercado a uno de los compradores más importantes de la cosecha. Los productores temen que el resto de los jugadores del negocio utilice esa situación para disminuir los precios. Ya en la campaña pasada tuvieron un conflicto con la industria a la que acusaron de provocar una disminución de valores respecto de las cotizaciones internacionales.

Basterra se comprometió a encontrar una solución alternativa para evitar una crisis en el cultivo regional.

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